lavanguardia.com
Publish on 19-07-2016
Start date: 19-07-2016
End date: 19-07-2016
“Se trata de empresas que tienen clientela y fondo de comercio. Son dos cosas que cuesta mucho generar. Si no hubiera este tipo de opciones, esto se perdería”, señala el catedrático de Economía y Finanzas de la UPF Oriol Amat. Según datos de Cecot, solo un 6% de esas transmisiones fueron por imposibilidad de llevar el negocio. Un 13% fueron por cambios de profesión y el 33% por jubilación.
“Es positivo porque es evitar que cierre una empresa, que las personas que trabajaban en ella pierdan el trabajo. Y lo es también para el emprendedor, porque entra en un sector nuevo y es como si empezara de nuevo, pero con la ventaja de que la empresa ya está funcionando”, añade Amat. En este sentido, enfatiza que la tasa de ‘mortalidad empresarial’ entre las nuevas aperturas es elevadísima. “La mayoría cierran a los cuatro o cinco meses porque el producto no es suficientemente interesante o porque no encuentran clientes, algo que en este caso no debería pasar”.
El cambio de propiedad y de gerencia conlleva un cierto riesgo en sí mismo, pero Cecot tiene servicios de asesoramiento en ese sentido. “Es importante que el emprendedor intente adaptarse bien y entienda la cultura de los trabajadores de la empresa”, enfatiza el profesor del Máster en Dirección Financiera y Contable de la UPF Barcelona School of Management. ¿Pero es emprendedor alguien que decide encargarse de una empresa en la que todo ya viene hecho?
Para Amat sí, sin duda. “Una persona emprendedora es la que quiere generar un proyecto propio. A veces surge a partir de una idea, pero también puede hacerse cargo de una franquicia. La persona que monta un Nostrum también es emprendedora”.
Con todo, no hay que confiarse. Algunas de estas empresas tienen más veinte de años de historia, pero puede que esto no garantice nada una vez coja el mando el nuevo propietario, por lo que el profesor defiende que hay que tener cosas en cuenta.
En primer lugar, es importante que el precio de compra no sea desorbitado y el futuro propietario no se endeude demasiado. “Emprendedor y empresa tienen que tener un nivel de endeudamiento asumible”, resalta el profesor. La cantidad, aunque aclara que depende del sector, la sitúa en no superior al 50% de todos los activos de la empresa.
Además, advierte, hay que “evaluar muy bien los planes de futuro del proyecto, teniendo en cuenta el sector, el producto y el cliente”. Puede que la empresa haya funcionado durante los últimos veinte años como una seda, pero que no aguante bien el cambio de los nuevos tiempos y el emprendedor deberá valorarlo El capital humano disponible en la empresa es otro de los factores a tener en cuenta. “Hay que comprobar que el talento del que se dispone es el adecuado, y si lo es, el emprendedor que entra tiene que saber cuidarlo, sobre todo”.
Por último, Amat recomienda una “mentalidad muy innovadora que permita a la empresa generar ventajas competitivas”. Conocer a la competencia y ofrecer siempre lo mejor, sea por precio, por plazo de entrega, por diseño o por calidad en la atención al cliente.
Font: lavanguardia.com